
El inmigrante, que se encuentra en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Hoya Fría, se embarcó en un cayuco que partió de Mauritania y que llegó por sus propios medios a las Islas. Moszy tiene 18 años es africano y albino . Ha llegado a Tenerife junto a otros 60 subsaharianos de distintas nacionalidades en un cayuco y ha pedido asilo político porque, según el inmigrante, en su país es perseguido porque su cuerpo es codiciado para utilizarlo en rituales de brujería.
El joven teme literalmente que se lo coman, ya que en África se cree que los albinos traen buena suerte. Se hacen rituales bárbaros; sus dedos son utilizados como amuletos y sus órganos se utilizan para elaborar el 'mutti', una bebida que ‘trae fortuna’.